¿Qué es la periodoncia?

Los problemas en los dientes y el hueso que los sostiene pueden tener consecuencias muy graves en la salud oral del paciente. En el caso de que las estructuras que rodean y envuelven las piezas dentales estén dañadas, puede deteriorar la fuerza y el correcto funcionamiento de sus dientes.

La enfermedad de las encías, también conocida como enfermedad periodontal, se puede manifiestar con inflamación, enrojecimiento y sangrado de encía, mal aliento…. En estos casos, y tras el diagnóstico de nuestros profesionales, en Mallorca Dental, iniciamos una fase de tratamiento, en la que para contener el problema, en función de la gravedad de cada caso, se realizará un tratamiento (desde los más básicos a otros más complejos y regenerativos), en función del problema que presente el paciente. Posteriormente, tras valorar la intervención, pondremos en marcha una segunda fase de mantenimiento, casi tan importante como la del tratamiento, que exige de una actuación médica adaptada a la realidad de cada caso, para tratar de mantener el estado de salud conseguido.

La importancia de mantener las encías sanas

La encía forma parte del sistema de soporte del diente. Si la encía está sana, los dientes están firmemente sujetos, lo que garantiza que cumplan correctamente su misión masticatoria y aíslen al organismo de las agresiones que llegan del medio externo a través de la boca.

La encía sana no sangra y se adapta a los dientes de forma festoneada.

La gravedad de las lesiones producidas por las bacterias en el periodonto depende de la susceptibilidad individual que es una característica genéticamente determinada.

El elemento fundamental para padecer enfermedad periodontal es la predisposición individual y esta viene condicionada genéticamente.

Con frecuencia las personas que padecen periodontitis, sobre todo las de formas más severas, encuentran afectados entre sus padres o hermanos.

Los dientes mal colocados pueden favorecer la aparición de problemas de la encía porque la higiene se dificulta en estos casos y las bacterias crecen mejor.

¿De qué manera influye el consumo del tabaco en las encías?

Los estudios sobre población indican que los fumadores, y especialmente de grandes cantidades, tienen una clara tendencia a la enfermedad periodontal. Esto se explica por el efecto local de los productos derivados de la combustión del tabaco y el efecto general desencadenado por los productos tóxicos del tabaco sobre el organismo. La encía recibe un menor aporte sanguíneo y de oxígeno, a la vez que disminuyen sus mecanismos defensivos contra las bacterias de la placa bacteriana. Esto justifica una mayor destrucción de los elementos de sujeción del diente.

El que su encía no sangre, aun estando muy afectada, es un signo más del efecto del tabaco: al tener un menor aporte sanguíneo y de oxígeno, la encía tiende a sangrar menos. El tabaco enmascara y agrava la enfermedad periodontal.

¿Cuáles son las enfermedades de las encías?

Las más frecuentes son sin duda las conocidas como enfermedades periodontales. Las formas leves se llaman gingivitis y afectan sólo a la encía, las graves son las periodontitis en las que se produce una destrucción de los tejidos profundos como el ligamento periodontal y el hueso alveolar.

En ausencia de tratamiento conducen a la pérdida de los dientes en un periodo variable de tiempo

Los síntomas que podemos encontrarnos son el sangrado espontáneo al cepillado o sin, aparición de pus en la encía, mal sabor o mal olor de boca, enrojecimiento, retracción, cambio de posición de los dientes, sensibilidad térmica, dolor e incluso movilidad.

La movilidad dental es un signo tardío y grave de las periodontitis. La enfermedad periodontal no es la única causa de movilidad dental, pero sí la más frecuente. En este caso es un signo muy tardío y cuando aparece refleja una situación terminal con tratamientos más complejos y resultados terapéuticos peores.

Mal olor de boca o halitosis. Ciertas bacterias productoras de la periodontitis producen la metabolización de proteínas, con producción de compuestos volátiles que se eliminan por el aliento. Esos gases suelen contener cantidades azufre que les da la característica del mal olor. También un resultado del proceso inflamatorio que se produce en el periodonto enfermo es el pus que se acumula en la bolsa periodontal que produce sensación de mal sabor de boca al paciente y mal aliento que perciben los demás.

La mejor forma de prevenir la periodontitis es mantener una correcta higiene bucal, pero en personas predispuestas, a pesar de la correcta higiene oral tiende a producirse la enfermedad.

El cepillado dental no es suficiente. Para los espacios donde el cepillo no alcanza, como son las paredes de contacto entre diente y diente es necesario el uso de hilo dental o cepillos interproximales.

La enfermedad periodontal es una infección producida por bacterias y como tal puede contagiarse.

El vehículo de transmisión de las bacterias es la saliva y el beso la forma más frecuente de contagio. Naturalmente también depende de la susceptibilidad de la persona, pero el riesgo aumenta con los contactos repetidos y ante cualquier situación que ocasione un descenso de sus defensas.

El tratamiento va dirigido a eliminar las bacterias productoras de la enfermedad, corregir los factores que le hacen más susceptible a las mismas como el tabaco y ciertas alteraciones dentarias como las malposiciones; por último es necesario crear las condiciones para que la enfermedad se pueda mantener controlada a largo plazo.

En el caso de la gingivitis es suficiente una mejora de la higiene oral y profilaxis periodontales que son actuaciones preventivas rápidas, sencillas y nada molestas. Habitualmente se realiza en una o dos sesiones y suele ser conveniente realizar una reevaluación del tratamiento al cabo de aproximadamente un mes para evaluar los resultados y determinar cada cuánto es conveniente realizar las revisiones de mantenimiento.

En las periodontitis, en primer lugar se realiza un detenido estudio periodontal clínico (periodontograma) y radiológico para valorar la situación en el momento de empezar.

En el caso de las gingivitis los tratamientos consiguen resolverse con total normalidad sin secuelas y con las periodontitis se suelen tener que corregir defectos que la enfermedad ha generado. En cualquier caso, los tratamientos pueden conseguir detener las enfermedades periodontales de forma indefinida, logrando el mantenimiento de los dientes.

Sin embargo, dado que se trata de una enfermedad infecciosa con capacidad de reactivarse, el mantenimiento de los resultados depende de gran medida de los controles profesionales de mantenimiento periódico.

Las enfermedades periodontales, al tratarse de procesos infecciosos generalmente crónicos, pueden interactuar con muchos procesos generales:

  1. La periodontitis no controlada está relacionada con el nacimiento de niños prematuros.
  2. Las mujeres con periodontits y en periodo posmenopáusico sin aporte de complemento hormonal, presentan mayor riesgo de padecer osteoporosis y podrían perder los dientes con la progresión de la periodontitis.
  3. Los últimos estudios indican una relación entre las enfermedades cardiovasculares y la periodontitis. Parece que la encía enferma puede ser la puerta de entrada de bacterias que pasan a la sangre, facilitando así la formación de obstrucciones arteriales que pueden incrementar el riesgo de infartos de miocardio.
  4. Es frecuente la coincidencia de diabetes mellitus y de enfermedades infecciosas como son las periodontales progresivas. Ambas enfermedades interactúan y, de hecho, el control de la diabetes facilita el tratamiento periodontal colaborando a mantener la estabilidad de la diabetes e incluso a reducir la dosis de insulina necesaria en el tratamiento.
  5. Recientes estudios relacionan la presencia de infecciones bucales, como las enfermedades periodontales, con la disminución del rendimiento muscular y la capacidad física.

Estas y otras muchas razones llevan a afirmar que una encía sana es sinónimo de una vida sana.